El ying y el yang
Más tardes voy a Las Ventas, más me gusta la Maestranza. La de Madrid es una plaza justiciera e inhóspita. La de Sevilla es una hermosura arquitectónica que predispone la experiencia lúdica sin renegar de la exigencia. Sevilla castiga con el silencio. Madrid lo hace con el alboroto. Y es verdad