El Diablo está en los detalles
Tal y como ha llegado hasta nosotros, el rito taurino resultaría incomprensible e incompleto sin el aditamento indispensable del vestido de luces que lucen —nunca mejor dicho— los toreros. Complemento y máscara que deviene parte fundamental del espectáculo, si nos abstraemos de esos otros adefesios que visten los espadas que