La temporada 2021 tiene un nombre propio: Morante de la Puebla. Sin dejar de estar inconmensurable en el plano artístico, además ha sido el torero que este año se ha echado el peso de la Fiesta a sus espaldas. Su implicación ha sido incontestable en otra temporada crítica para el sector. Más allá de sus propios intereses, Morante
ha estado comprometido con el toreo; ha ido a todo tipo de plazas, se ha dejado televisar alternado con toreros de la parte alta y baja del escalafón, ha matado encastes que están defenestrados por las actuales figuras… En este sentido, el comportamiento del sevillano ha sido ejemplar, como no lo había sido nunca antes en su ya extensa trayectoria. No se puede pasar por alto el nivel de compromiso adquirido por parte de un matador que en la próxima temporada 2022 cumplirá veinticinco años de alternativa.
Al contrario de lo que le sucedía otros años, en esta ocasión Morante ha sabido sobreponerse incluso a los fracasos. Así, no salió tocado de la decepcionante encerrona con los seis toros de Prieto de la Cal en El Puerto de Santa María. Incluso podría decirse que salió reforzado de aquel fiasco ganadero, señal inequívoca de su seguridad y regularidad durante toda la temporada. Un detalle a destacar: ante el escaso juego evidenciado por parte de las reses de Prieto de la Cal, Morante cogió ese día de El Puerto la muleta junto con la espada de matar en los seis toros. La culminación artística de su temporada fue la faena del 1 de octubre en Sevilla a un ejemplar de Juan Pedro con el que se inventó una gran faena de la nada, ya que le faltó la materia prima, o sea, el toro.
Morante está mejor que nunca en toda su carrera, aún sin salirle en una plaza importante ese gran toro que tanto él como sus numerosos partidarios llevan años esperando. ¿Será en el 2022?
Por todas estas razones, Morante de la Puebla ha sido elegido como torero del año por parte de la Peña Antoñete y acreedor, por tanto, del Premio Minotauro 2021.