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Quites (nº 25)

QUITES

 

 

«El mundo superficial que vivimos, puritano y virtual —mundo reductor de cabezas y espíritus— es contrario al toro y su verdad. El toro reclama una experiencia honda, una relación ritual y de pureza con la vida. El toro es hoy un fenómeno contracultural. Un oficio de denuncia de un mundo binario y prohibicionista que reduce el animal a mascota, el misterio a parque temático, y el alma a las redes. Un mundo jibarizado».

 

Juan Figueroa, El toro del cine (2025)

 

 

«¿Qué es un matador, un espada, tan hazañoso como fugitivo, un ágil y esforzado sacrificador de reses bravas? Si no es un loco —todo antes que un loco nos parece este hombre docto y sesudo que no logra la maestría de su oficio antes de las primeras canas—, ¿será, acaso, un sacerdote? No parece que pueda ser otra cosa. ¿Y al culto de qué dioses se consagra? He aquí el estilo de nuestras preguntas en nuestra Escuela Popular de Sabiduría Superior».

 

Antonio Machado, Juan de Mairena (1936)

 

 

«Es deplorable que tan pocos de nosotros nos tomemos la molestia de estudiar los estados de ánimo de los maestros. En nuestra ignorancia terca les rehusamos esta mínima cortesía y a menudo perdemos así la riqueza que se presenta ante nuestros ojos. Un maestro siempre tiene algo que ofrecer, mientras que nosotros quedamos hambrientos sólo por culpa de nuestra falta de apreciación».

 

Luis Racionero, Textos de estética taoísta (2002)

 

 

«Y el gusto por el riesgo, ese componente imprescindible de toda actividad lúdica, es la forma en que el instinto de muerte se activa para la vida. Quien se arriesga en el juego no lo hace con la intención de morir sino de renovar algo drásticamente. Quien sale indemne después de haberse arriesgado no parará hasta volver a hallar una nueva oportunidad para el reto».

 

Chantal Maillard, La razón estética (2021)

 

 

«El Arte es bello porque suma en las formas actuales evocaciones antiguas, y sacude la cadena de siglos, haciendo palpitar ritmos eternos, de amor y de armonía».

 

Ramón María del Valle-Inclán, La lámpara maravillosa: ejercicios espirituales (1916)