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Quites (nº 16)

«No hay nada más enternecedor que ver a dos taurinos enzarzados en una discusión acerca del toreo de los fantasmas. Porque sí: la mirada taurina participa de la sabiduría fantasmática».

 

Carlos Marzal, del prólogo a Sentimiento del toreo

 

 

«En esta antigua tríada del torero, el toro y el público, este último tiene el papel más feroz. El hombre y la bestia se defienden. El público paga para que acepten la muerte. Ocurre a veces que algunos toreros, ante la indiferencia del respetable, desafíen a este público que, sin darse cuenta, los empuja hacia el drama».

 

Jean Cocteau, Apuntes sobre un primer viaje a España, 1957

 

 

«El punto común de todas las tauromaquias es que ellas denotan la fascinación y la admiración que ejercen, en todo tipo de culturas, el toro y su poder, sea real o simbólico. El toro se transforma en el único adversario que el hombre encuentra digno de él».

 

Francis Wolff, 50 razones para defender la corrida de toros, 2011

 

 

«Esas relaciones entre flamenco y toreo llegan a ser una cosa tópica cuando se hacen forzosas. Pero, desde luego, se debe torear a compás como se debe bailar y cantar a compás, y como se debe vivir a compás».

 

Antonio Parra, Conversaciones con Rafael de Paula, 1996

 

 

«Nada de indignación farisaica. Si se descalifica a la fiesta por destructora y contraria a los ideales modernizadores de la Ilustración […] sépase que esa modernización ilustrada es no menos destructora y contradictoria que la propia corrida. La corrida, como la modernidad, es tanto innovación creadora como caos nihilista: las dos cosas a la vez, pues no hay una sin la otra».

 

Enrique Gil Calvo, Función de toros, 1989

 

 

«El sacrificio táurico no aspira a la plenitud de un sentido, sino que abre su destino hacia la posibilidad infinita, hacia la elaboración de distintas explicitaciones sobre sí mismo. Su ausencia de plenitud abre el camino de la discusión infinita».

 

Natalia Radetich, Minotáuricas, 2014

 

 

«La figura del “entendido”, sobre todo si oficia con conciencia de tal, casi siempre me resulta más bien patética, sea en corridas o en carreras [de caballos], en amores, en libros o en política».

 

Fernando Savater, Pregón taurino, 2004