Morante de la Puebla, Elogio a la decadencia
Este verano, en los tendidos de sol de la plaza de toros de Ronda gritaba un hombre. «¡Idiota! Si ya lo sabía yo. Ya sabía que este no iba a hacer nada. Mira, mira, mira. ¡Torea! Ya está, que no quiere». Morante de la Puebla daba los últimos muletazos al