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QUITES   «El aficionado debe tener mucha imaginación, toda la necesaria para volver a pasar el toreo por su corazón y por su frente, pero tampoco más, para no inventar lo que no ha visto. Ver el toreo es más difícil que tener oído para la música. Difícil en el sentido de

Este año es el centenario del nacimiento de Antonio Bienvenida, un torero inolvidable y, como otras figuras del toreo, una personalidad de la historia de la España del siglo xx, símbolo de una dinastía, de unos valores y de una manera generosa y noble de entender la vida. Aunque vi torear

  «Toro sublime, creador del mundo, señor de países, pastor del pueblo de cabellos negros». Himno babilónico     Pertrechados en los tendidos de las plazas de toros todos: público, aficionado, espectador, partidario, seguidor, gente y el pastor de cabellos negros. Entendidos. Allí, elevados a una posición de privilegio, participamos de una liturgia del misterio gozoso y

No estaba claro dónde empezaba la sangre del toro y terminaba la del torero aquella tarde del 25 de agosto en Bilbao. Sobrevino una confusión eucarística a cuenta de una voltereta espeluznante que condujo a Roca Rey a la enfermería, aunque el superhéroe peruano no aceptó ponerse en manos de

La temporada de 1934 fue una temporada tremenda, trágica, marcada por las muertes, la de Ignacio Sánchez Mejías y la de Curro Puya. Para Domingo Ortega fue año de triunfos, pero complicado. Si en sus primeros años de alternativa fue un torero jaleado, a partir de éste se le empieza

Afición. Del latín affícere-affectum. Para el mundo hispanoparlante significa moverse anímicamente en dirección a algo o a alguien, sentir inclinación hacia. De aquí también la palabra afecto, otra forma de amor. Esta cualidad refiere que quien se encuentra afectado está tocado en su ser, en lo profundo y por algo

Tauromaquias para el siglo XXl   Paquiro   En su artículo «¿Quién es el público y dónde se le encuentra?», publicado en el número 1 de El Pobrecito Hablador (agosto de 1832), Larra se refiere a unos concretos aficionados: «En esta mesa cuatro militares disputan, como si pelearan, acerca del mérito de Montes y

Atardecer jerezano de mayo. Justo después de una corrida de feria, en el interior de un colmado del barrio de Santiago, se oye comentar en la mesa de al lado: —¡Qué maravilla lo de Paula!; de capa, como nunca en su primero; cuatro verónicas rematadas con una media de antología. Un